Buenas tardes a todas y a todos:
Somos madres, hijos e hijas de la asociación Libres de Violencia Vicaria. La Violencia Vicaria es una de las violencias más crueles y ruines que ha ideado el ser humano. Explicada brevemente consiste en perpetuar el daño a la madre a través de hacer daño a los hijos.
Nuestros hijos se convierten en el objeto máximo de la maldad de esos maltratadores.
- Unos padres son negligentes, no los cuidan bien y nosotras sufrimos al verlo.
- Otros padres los envenenan con su odio, su rencor y sus ansias de venganza.
- Convierten a nuestros hijos, a sus propios hijos, en su correa de transmisión cuando contactan con nosotras.
- Ejecutan su maltrato y se ven obligados a dañar a las que más les quieren, les cuidan y les protegen: sus madres.
- Les rompen a sus hijos el corazón y la moral, les tuercen sus vidas.
- Esos hijos son los que ahora nos gritan, nos insultan, nos humillan, nos agreden físicamente, y terminan por ponernos una denuncia como si las maltratadoras fuéramos nosotras. Y algunos, sin la ayuda adecuada, terminan por romper el vínculo con nosotras porque no encuentran otra forma de terminar con su violencia.
- Otros padres los maltratan física y psicológicamente, descargan sobre ellos su ira y su malestar cuando están bajo su tutela o custodia, pues nosotras ya no estamos a su alcance. Los maltratan y de qué forma, muchos hacen lo mismo que antes sus padres les hicieron a ellos, y así se enseña y perpetúa la violencia. A algunos el rencor extremo les domina y, literalmente, les quitan la vida.
Cuando esos maltratadores creen que han perdido la batalla de mantenernos bajo su yugo, continúan la guerra a través de los hijos. Ellos son las mayores víctimas de esta lucha contra nosotras. Ponen a los infantes en la primera línea de fuego. Los convierten en carne de cañón, carne de violencia, carne de soledad y de un dolor inconmensurable. Así mantienen parte de su poder, el poder sobre los hijos y el de seguir dañando. Ni siquiera nuestras múltiples renuncias a custodias, visitas, medios económicos… sirven para disminuir la presión que ejercen sobre ellos y protegerlos.
A muchos de nuestros hijos se les trunca la vida: cae su rendimiento académico, caen sus habilidades sociales, caen sus valores, cae su mente y su corazón, cae su cuerpo. Enferman en todos los sentidos, algunos hasta se refugian en la droga para calmar su dolor. Otros se vuelven negligentes y violentos, como sus padres. Sobre todo los que son abandonados a su suerte, los que no reciben la ayuda adecuada, los que las instituciones dejan a merced del maltratador. No se les permite aprender otra forma de vida.
Nuestra sociedad y nuestras instituciones NO los están protegiendo bien, les dejan a merced de sus verdugos: permiten visitas, les dan custodias, permiten que nos maltraten, que los separen de nosotras con total impunidad, los meten en fríos y oscuros centros en vez de ayudarnos a nosotras para que podamos cuidarlos con amor, como siempre hemos hecho las madres con nuestras crías.
Hoy estamos aquí para gritar al mundo nuestro dolor y el de nuestras hijas e hijos, la injusticia que sufrimos, el incumplimiento sistemático de nuestros derechos y de las leyes que debieran ampararnos, la falta de recursos que permiten todo esto.
Hoy pedimos a las instituciones y a todas las personas de bien que nos ayuden, que no permitan todo esto, que alcen la voz y trabajen a nuestro lado para salvar a nuestros niños y a nosotras de tanta maldad.
Nuestros hijos son nuestro presente y el futuro de nuestra sociedad. Amarlos como se merecen y protegerlos bien es nuestra obligación, de TODOS.
Madrid, a 29 de enero de 2022