Asociación Libres de Violencia Vicaria

madres en acción

Damos vida y cuidamos su futuro

Nos asociamos para reclamar una vida libre de violencia vicaria y discriminación para todas las mujeres y sus hijas e hijos.

Sobre nosotras

Ayudamos a que las madres que sufren esta violencia no olviden que son Buenas Madres

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Nos sentimos muy honradas de que quieras saber más acerca de la Violencia Vicaria.
Pasa, recorre nuestra casa, tu casa desde ahora.

Nos presentamos con el vídeo Somos Madres

Manifiesto en favor de "Los hombres buenos"

Querido hombre bueno:

Gracias por habitar el mundo y
recorrer junto a nosotras tantos caminos.
Sois multitud y nos gusta vuestra compañía
pues conocemos vuestros dones,
que son abundantes.

No sois anónimos, lo sabemos.
Os encontramos en nuestros padres y hermanos,
en amigos y compañeros de trabajo,
en vecinos, al subir al autobús,
en nuestras nuevas parejas y en nuestros hijos. 

Más...

Te contamos más para entender y prevenir la violencia vicaria.
Te contamos qué hacemos para mejorar, defender y reivindicar la salud física y emocional de nuestras hijas e hijos.
Te contamos qué hacemos para avanzar y mejorar nuestra angustia y dolor.

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Necesitamos que se remuevan los cimientos de la sociedad para que nada ni nadie rompa el vínculo materno. Somos víctimas, también madres que no se rinden. Damos un paso adelante y tomamos la iniciativa; por nosotras, por nuestras hijas e hijos.

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20 21

Raquel López

somos madres

Empezamos a querer a nuestras hijas

y a nuestros hijos antes de acunarlos.

Ya estaban dentro de nuestro corazón.


El día que nacieron un lazo afectivo,

eterno, invisible e indestructible,

sustituyó al cordón umbilical.


Les damos la mano para enseñarles el mundo,

y juntos lo vemos con otros ojos.

Les contamos historias y cuentos,

y juntos somos protagonistas.


Cantamos canciones,

viejas y nuevas, de ida y de vuelta.

Y juntos aprendemos ritmos nuevos,

y, cada curso, el nombre de sus amigas y amigos.

 

Somos madres por la mañana,

por la tarde y por la noche,

también de madrugada.

 

Los protegemos de dragones y monstruos, 

los confortamos en las noches de pesadillas, 

los abrigamos en las tardes de invierno 

y los consolamos tras las primeras caídas, 

también después de los primeros desamores.

 

Sus miradas, besos y abrazos 

son nuestro alimento,

nuestras sonrisas, besos y abrazos, el suyo.

 

Pero un día nuestras hijas e hijos 

hablaron por boca de otros, 

con palabras que no eran las suyas, 

pero que poco a poco se tatuaron 

en una esquina de su corazón.

 

Allí lucharon mentiras con recuerdos, 

y estos últimos perdieron. 

 

Quizá no.

 

Entonces olvidaron las certezas 

y dejaron de escuchar a sus adentros. 

Fue poco a poco, pero fue.

 

Les hicieron creer que sus madres no los querían.

Les hicieron creer que ya no querían a sus madres.

 

Y se fueron. 

Dejaron su hogar.

Después nos olvidaron.

 

Quizá no.

Libres de Violencia Vicaria

Somos madres, 

damos la vida, creamos futuro.

Somos madres, 

queremos a nuestros hijos, siempre. 

Y siempre es una palabra que dura mucho tiempo.


Somos madres, 

fuertes aunque nos caigamos y nos duela el corazón.


Somos madres,

cuando nos quieren, y también cuando no.


Somos madres, 

sabemos de paciencia y de esfuerzo.


Somos madres,

y humanas, por eso también nos derrumbamos.


Somos madres, 

seguras de que luchar con perseverancia por lo que amamos, da fruto.


Somos madres, 

y anhelamos el reencuentro, esta vez para siempre.


Somos madres que queremos a otras madres, 

porque juntas le demostramos al mundo

lo que significa la palabra VIDA.

Raquel López Cascales

19 de noviembre de 2021

20 22

Raquel López

querido hombre bueno

Querido hombre bueno:

Gracias por habitar el mundo y
recorrer junto a nosotras tantos caminos.
Sois multitud y nos gusta vuestra compañía
pues conocemos vuestros dones,
que son abundantes.

No sois anónimos, lo sabemos.
Os encontramos en nuestros padres y hermanos,
en amigos y compañeros de trabajo,
en vecinos, al subir al autobús,
en nuestras nuevas parejas y en nuestros hijos.

Si no os conocemos es porque la bondad es silenciosa
y no llena portadas ni telediarios.
Sin embargo, muchas mujeres hemos tenido el infortunio de cruzarnos con un imitador vuestro
en algún momento de la vida.
Un Dorian Grey que nos mostró su afable rostro
y nos convenció de que el interior era similar. 

 

Cómo no enamorarnos de él. 


Pero, al descubrir y sufrir su cara oculta,
cuando quisimos alejarnos de su lado
comenzó nuestra pesadilla,
y su pestilencia nos persiguió sin tregua;
a las hijas e hijos que tuvimos con ellos también.

Tristemente, la maldad da frutos
y no entiende de estaciones, por eso
algunas madres conviven con adolescentes
llenos de odio en la mirada producto del veneno
inoculado con sutilezas y estrategias;
otras hace mucho tiempo que intentan
remendar el vínculo roto a fuerza de empeño ajeno;
unas pocas devoran manuales cartográficos
que les ayuden a allanar el camino de vuelta
emprendido por el hijo pródigo;
las más desdichadas lloran el vacío perpetuo,
y nosotras con ellas este drama antinatura.

La mayoría hemos topado con la justicia,
esa que borda con letras de oro la teoría
mientras que en la práctica nos condena
al limbo de la desesperanza,
quebranta la ley y nos viola.

Libres de Violencia Vicaria

Querido buen hombre,
hemos sufrido mucho con estas malas personas
que no deberían tener vuestra categoría
y, además, ensucian vuestra condición. 

 

Querido buen padre,
sabes que no hablo de ti, sino de quien fue capaz
de acabar con la vida de sus propias hijas e hijos
o de manipularles los recuerdos
y envenenarles el corazón para así también
golpear a la madre, a nosotras.

 

Mi padre es un buen hombre,
mi hermano es un buen hombre,
mis cuñados son buenos hombres,
mis sobrinos son buenos hombres,
mis amigos son buenos hombres,
mi pareja es un buen hombre,
mi hijo es un buen hombre.


Ellos también sufren con mi dolor,
a ellos también les llega la violencia vicaria.

 

Querido buen compañero,
te necesitamos una vez más a nuestro lado
para que nunca, nunca,
ese que solo merece el calificativo
de maltratador o delincuente
vuelva a utilizar el nombre que solo a ti,
a tantos, os corresponde: el de buen hombre.

 

Yo conozco a muchos hombres buenos,
buenos como tú. 

Raquel López Cascales

13 de enero de 2022